sábado, 16 de marzo de 2024

La sensación de volver

 Hace mucho mucho tiempo que no dejaba plasmados mis pensamientos, mis sensaciones junto a mi gran compañera silenciosa, mi cámara de fotos. Han sido años en los que la humanidad ha pasado por diferentes y dolorosos procesos, no entrare en detalles porque todos conocemos cuales son  y todos hemos evolucionado con los cambios, nos hemos dedicado a otras cuestiones, o simplemente no hemos continuado el camino que llevábamos haciendo durante mucho tiempo. La que no ha cambiado es mi compañera, ella sigue igual, un poco mas paralizada de lo normal pero la misma carcasa, el mismo objetivo, las mismas ganas de salir y crear momentos únicos y recuerdos imborrables. 

                                                      Imagen sacada de internet

Después de ese tiempo decidí salir y recorrer aquel bello lugar rodeado de mar, donde las brisas del norte y del sur se entremezclaban en las montañas, llegando a batirse en un duelo de titanes, trayendo y llevando las nubes hacia uno y otro lado, sin saber muy bien porque. Pero en aquella mañana yo estaba en la zona sur de aquella isla, y según contaban los lugareños, aquella zona, estaba rodeada de un microclima especial, es decir, que a veces aunque la lluvia llegase a ciertas zonas, allí se mantenía seco y con temperaturas muy agradables. Paseaba por la orilla del mar y en aquel paseo por la playa no había demasiado que fotografiar, mas allá de agua, olas, cielo y a lo lejos, la ciudad. Los edificios de la zona estaban bastante deteriorados por la actividad del mar y las corrientes de aire del invierno, sin embargo, otros se veían recién acabados y listos para recibir a todo aquel que viniera a visitar ese maravilloso lugar. Me senté a ver el mar, y a reencontrarme con sensaciones que hacia tiempo no vivía, la brisa por supuesto ayudaba. El sol empezaba a caer, era Marzo y todavía los días no eran demasiado extensos y la noche se adentraba aun rápido entre el cemento y el mar. 

                                                               Imagen sacada de internet

Mientras estaba sentada y fotografiando esa caída del sol, no me di cuenta que alguien se había sentado cerca de mi, lo mire y simplemente me dio las buenas tardes, a lo que yo conteste igualmente. La mujer me pregunto sobre mi cámara, y entablamos una conversación, la verdad es que no se en que punto nos desviamos de la fotografía y comenzamos a hablar de recuerdos y sentimientos. Pero allí estábamos, contando donde habíamos estado, que ciudades habíamos visitado y que vínculos habíamos forjado en aquellos lugares. Después de mas de una hora de charla, Maria Luisa que así se llamaba aquella mujer, tenia que irse, quedamos para seguir nuestra conversación para unos días mas tarde, en el mismo lugar. Ya era de noche, y sin trípode mi cámara ,a pulso, no era capaz de centrar la imagen, pero me quede sentada un rato mas, escuchando el mar, negro, oscuro y enigmático.

                                                        Imagen sacada de internet
 Cerré los ojos por un momento y creí estar en otro lugar, aquel que un día deje atrás y en el que mi cámara y yo nos sentábamos a ver el ir y venir de las olas acompañado de un olor a eucalipto que emanaba tranquilidad, salud y una energía vibrante. Y por un momento, tuve la sensación... de volver.         

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