miércoles, 14 de marzo de 2012

Mar de Sentimientos...


La inmensidad, así describo el Mar.Un lugar donde esfuerzo diario, trabajo duro y paisajes únicos,es lo mas destacado,pero también magia, sentimientos y pasiones.Junto con la luna, el atardecer el mar nos trae momentos de paseo y admiración,y por supuesto de paisajes únicos,y esa es mi pasión, el mar, sea donde sea, en el momento que sea, siempre un rato para hacerle fotografías,la paz que me inunda al verle, los sentimientos que me deja en la piel,son magia para mis ojos.

Aquella tarde,paseaba con mi compañera de viaje, fotografiando rincones del lugar donde vivo,barcos de recreo, grandes barcos adentrándose en la bahía para descargar sus cargas, y otros mas pequeños, los de la pesca diaria, todos,formando una gran familia marítima y que todos llevaban un mismo mensaje, la dura vida del mar.Sol, nubes, tempestades, calores, humedad,soledad,ganas de volver,sentimientos encontrados de sus gentes.Juan llegaba a casa el sábado, su mujer,Isabel, paseaba por las calles de Marin mas contenta que nunca, su Amor llegaba al fin,arrastraba a sus dos niños de la mano, iba de aquí para allá, Juan ya hacia seis meses que no volvía a tierra, y aunque mantenían conversaciones continuas durante la travesía,los sentimientos y las lágrimas afloraban siempre.

Todo preparado para recibirle,era un mes intenso,porque deseaban disfrutar al máximo del poco tiempo del que duraba el descanso,así que todo estaba preparado para que no quedase nada pendiente, y pudiera descansar realmente,y poder pasear junto a el de la mano,junto a sus hijos.

Un duro esfuerzo, que hacia que ellos vivieran una vida mas cómoda, pero con el sacrificio de no poder ver crecer a sus hijos, no estar en tierra cuando se ponen enfermos, y no poder disfrutar de su amada Isabel,una mujer también sacrificada por la lucha que le toco en la vida, durante solo dos meses al año,ella dejaba aparcado su papel de papa,para dejarle sitio a su hombre,siempre enseño a sus hijos a respetar el mar, les enseño a mostrarle a su padre un cariño especial, les explicaba del esfuerzo tan grande que su papa hacia, y porque lo hacia, y los peligros por los que a veces pasaba en aquel barco grande.

Y lo aprendieron muy bien, eran tan felices todos juntos que las gentes de esta ciudad marítima reconocían su alegría y la compartian compartían Un esfuerzo que solo los hombres y sus mujeres son capaces de entender y valorar,y a los que yo admiro y mucho...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente post, como siempre!!!
Muy rofundo...!!!