sábado, 29 de septiembre de 2012

Caminos, Viento y Mar...


A través de aquel camino, donde mis pasos no sabia muy bien donde acabarían, mis ideas sobre fotografías iban tomando forma.Mis últimos trabajos dedicados a la publicidad  habían dejado un poco de lado mi gran pasión, los paisajes,esa mágica luz que envuelve todo en ese momento.Pensaba, en que nuevas metas estaban todavía por descubrir, y que nuevos horizontes por escalar,pero de lo que si estaba segura era de que seria capaz de afrontarlos todos.
Allí en silencio también esta ella, mi fiel compañera, esperando a que apretase el botón de On,para comenzar así su andadura de hoy, el viento era bastante intenso, aquella mañana, habían dicho en las noticias, que serian muy fuertes,y las hojas de los arboles que recibían al otoño, se paseaban libremente de un lado a otro, sin rumbo fijo.Tras aquellos momentos de pensamiento futuro, volví al mundo real, no por nada, sino porque el agua de la lluvia, comenzaba a mojar mi cara.Resguardada debajo de una encina,grande y con sus ramas batiéndose por el viento,espere a que aquellas nubes grandes y negras, pasaran rápidamente y dejaran el lugar con mas tranquilidad.

Después de un rato, las nubes blancas hacían un viaje sin fin a través de las montañas, abriendo huecos en algunas zonas, por donde la fuerza del sol, se intercambiaba entre ellas,formando algún que otro momento bonito para fotografiar.Volvió a oírse el Clic de mi cámara de nuevo, el verde de la vegetación era mas intenso, la lluvia limpiaba la atmósfera, y dejaba ver el mar con un verde esmeralda mágico...¿el mar?,ya había llegado a la playa, y ni siquiera me había dado cuenta.
El espectáculo estaba servido, aunque había ratos de sol, las nubes corrían y corrían como si huyesen de no se que,el mar era una mezcla entre poder y belleza, entre verde y oscuridad, y las olas, engrandecían aquella fotografía, que a mi tanto me gustaba.Durante mas de dos horas, le hice fotografías a las olas, a las rocas, a la arena,una mezcla de colores, que sin duda, solo unos pocos privilegiados podemos admirar en otoño.

Me resistía a irme, y iba caminando muy lentamente por la costa, sin perder un solo minuto de espectáculo, hoy el mar infundía mas si cabe respeto,y es que ciertamente a veces, con su calma, parece un bebe tranquilo,que duerme plácidamente  después de ese tierno momento que es el pecho de una madre.Pero, en otras ocasiones, parece sacado de un gran thriller de terror,en el que las tempestades provocan momentos de miedo.Llegue a casa con ese buen sabor de boca,por haber disfrutado plenamente de cada momento y de cada foto,sin duda, un día para recordar...

1 comentario:

Unknown dijo...

Simplemente una muy buena sensación transmitida en palabras, la pasión de hacer y apreciar en cada momento lo que nos gusta.