domingo, 30 de octubre de 2011

Una ventana, Mirando al Mar...


Miraba a través de la ventana, un gran Océano ante ella, siempre esperando su llegada.Seis meses ya, sin el, y con la esperanza puesta en un teléfono que sonaba cada quince días,para oír su voz, y un Te quiero, que era su seguir adelante,el seguir luchando por tener algo con lo que seguir sus sueños en común.Preparando el día, junto a sus hijos, sacrificando sus primeros pasos, sus primeras palabras, para forjar un futuro con ellos.Cada día era un reto de superación para ella, sola, y por supuesto con una ayuda moral prestada por su amado, en la distancia,miraba todos los días al mar, pidiendo que pronto llegase el día en el que aquel barco viniera de vuelta, un día en el que su piel volviese a sentir aquel abrazo, sus labios aquellos besos, que desde hacia ya seis meses le faltaban.

Solo dos días para ese día, el ya le había avisado que estaban cerca, y un mes entero para compartir los momentos que ella sola comparte con sus hijos.Los niños durante la semana en la que su padre volvía, se levantaban sin ningún reparo, se vestían alegres, iban al colegio con mas ilusión,un día especial, en el aquella ventana se veía llena de flores y caras de felicidad, cuando aquel barco se asomaba de nuevo al puerto.
y así fue, llego el gran día esperado, la ventana entonces, quedo relegada a un segundo plano, los niños aquel día se permitían el lujo de faltar al colegio, volvía su papa del Mar, ese mar cruel,despiadado, pero también maravilloso, que les robaba a su papa y a su marido durante seis largos meses.

Cuando el barco llego a puerto, aquella mujer y sus hijos ya estaban allí, hacia mas de una hora, la espera era feliz, llena de ilusiones.Cuando las escalerillas del barco se posaron en tierra, los ojos se llenaban de lágrimas, el mar se lo había devuelto sano y salvo, su amado estaba nuevamente allí, y las ilusiones seguían adelante... Imágenes de los besos de amor esperados, los abrazos a los suyos siempre tiernos, y con la fuerza de los sentimientos...Por el fondo del puerto se les ve de la mano, junto a sus hijos, y esperando nuevamente que el mar, se lo lleve de nuevo, para traerlo después y seguir amándolo...

Gracias por tus visitas, me encanta que estés aquí,y te interese lo que escribo, déjame un comentario.Un saludo!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solo deseo que nunca la distancia que nos separe se mayor a una jornada de trabajo normal.
Pero si así fuese, nuestro encuentro sera así de vivo y deseado!!!
Buenisima historia...hermosa realmente.