martes, 16 de agosto de 2011

Una lagrima de felicidad...



En el recorrido de hoy, decidí, contemplar cultura, la visita a varios museos y monumentos, era lo que tenia programado, y me dirigí al primero de la ruta, donde exponían unos restos encontrados en las diferentes excavaciones que se estaban realizando en la zona, bellisimos recuerdos, de otras civilizaciones, de las cuales nos ha tocado aprender.Nada de fotos por supuesto, pero si un montón de folletos que poder leer y recordar.
A la salida fotografié el edificio, también histórico, y que fue en su tiempo un antiguo palacio de una noble familia.
Me dirigí calle abajo, entre soportales que también fotografié, y balcones que indicaban un poco, la historia de la ciudad. Cerca de la desembocadura del río,existe otro museo," el museo del mar",pedacitos de antiguos galeones, monedas de oro recuperadas en el océano, y diferentes especies marinas, encontradas años atrás, todo con un ambiente mas vanguardista, y con pantallas de televisión, donde reproducían temas relacionados con el mar y hasta un acuario gigante, lleno de peces, y moluscos de la zona. No tenia tantas restricciones, así que algunas imágenes pude sacar,solo a las que se podía, dependía de la zona.
Después de cerca de una hora larga, salí del lugar,y me encontré una estampa, digna de registrar y compartir con todos.
Unos metros mas allá, había un hombre, estaba sentado en el suelo, cerca de una barca, y tenia una red en sus piernas.Un sombrero tapaba su cara, me acerque, le di los buenos días, levanto la mirada, lloraba, sus lágrimas recorrían aquella cara arrugada, y sus ojos llenos de tristeza, hicieron que mis ojos se cubrieran también, pregunte que le ocurría,si podía ayudarle, me contesto que no, que nadie le podía ayudar, porque no volvería a recuperar lo que había perdido, "su juventud", "su mar" que le seguía esperando y al que ya no podía volver porque, sus años y su enfermedad se lo impedían.



Me contó que le faltaba el alma, le faltaba respirar de nuevo el  viento del sur en mar abierto, y que sus velas ya dejaron de fundirse en el aire,solo aquella red que cosía, le devolvía la vida al mar, y sus lágrimas eran de alegría, porque su mar todavía lo necesitaba, aunque fuese para ofrecer su ayuda a otros en tierra, y esbozo una sonrisa, mientras de nuevo una lágrima le recorría la cara.Le di un beso, es usted muy guapa señorita me dijo,"el viejo marinero adulador le dije yo" y le sonreí, tome unas fotos de el con su permiso,y retrocedí sobre mis pasos, pero esta vez para volver a casa y agradecer a aquel hombre su lección, dedicarle tiempo a lo que te gusta, te hará llegar a viejo, con una sonrisa en los labios.


¿Tienes una historia igual o parecida que te haya ocurrido?, cuéntamela, o simplemente déjame tu comentario, y deja en el recuerdo tus palabras en este blog, gracias por tu visita.Un saludo!!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusto el salto de pagina por que te deja con ganas de mas.... excelente!!!